Benjamín Domínguez Olmos
* “Optamos por lo mejor para el país”: Jorge Kahwagi Gastine
* ‘Sin cultura, no hay educación, ni raíces ni futuro’: M. Katzarava
* La ciencia, medio para el desarrollo justo y armónico: Peimbert
* Sarukhán, ‘Nuevo Noé’, por salvar la biodiversidad del planeta
* FCE, aporta conocimiento y difunde el debate público: Carreño
La novena edición de los Premios Crónica, creados para rendir homenaje a mexicanos de excepción, se convirtió en un espacio de reflexión y propuestas, de proyectos e ideales, donde el presidente y director general de La Crónica Hoy, Jorge Kahwagi Gastine, precisó que “la transformación en el país debe permitir la igualdad de oportunidades, y el bienestar de la sociedad”.
Éste es un foro -expresó en su intervención el pasado jueves 18 durante la ceremonia de entrega-, para reflexionar sobre cómo podemos servir a nuestros hermanos e igualarlos en derechos esenciales. La indiferencia lleva al enojo social, nadie puede estar por debajo de la línea mínima de bienestar en alimentación, salud, educación, para no tener mexicanos de primera y segunda, eso significa hacer patria”.
En esta ocasión fueron premiados el astrónomo Manuel Peimbert, en la categoría de Ciencia y Tecnología; la soprano María Katzarava, en Cultura; el biólogo José Sarukhán, en Academia; y el Fondo de Cultura Económica, en Comunicación Pública, en una ceremonia realizada en auditorio “Jaime Torres Bodet”, de la Ciudad de México.
Crónica ratificó su apuesta por los valores y el bien colectivo, pues como lo señaló Kahwagi Gastine, “en cualquier coyuntura, optamos por lo mejor para el país. En Crónica no estamos sujetos a calendarios electorales de ningún tipo, nuestra línea editorial es México. Así ha sido y seguirá siendo. El propósito es mostrar que los grandes mexicanos no habitan en el calendario cívico, sino están aquí, todos los días, dando ejemplo de disciplina, sacrificio y creatividad”.
Desde Estocolmo, donde debutará en la ópera Aida, María Katzarava envió un mensaje al próximo gobierno: “Deseo que la cultura sea un rubro que la nueva administración tenga muy presente, que la apoye y valore, que invierta en ella, en lugar de recortar su presupuesto, porque un país sin cultura es un país sin educación, sin raíces ni futuro”.
Compartió la experiencia de su fundación, que busca rescatar de la violencia a niños y jóvenes guerrerenses vulnerables: “A través de la música y las artes, he podido constatar cuántas vidas se han podido salvar en una de las zonas más pobres y marginadas del país, donde el índice de narcotráfico es muy elevado; a partir de música, teatro y danza, los chicos han descubierto que pueden tener un futuro limpio”.
Manuel Peimbert, con sus cielos, estrellas y galaxias, dedicó el premio a maestros, colegas y alumnos y pidió “considerar a la ciencia como parte fundamental de la cultura, y como un medio necesario para alcanzar un desarrollo justo y armónico de nuestro país”.
El exrector José Sarukhán, fundador de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, se describió como un hombre privilegiado, recordó a sus padres, de origen armenio nacidos en Turquía, y como se rindió a los hechizos de su bella mujer. Habló, sí, de su pasión por la biología, pero encontró el aliento para conversar sobre sus amores personales:
“Haber nacido en este país que recibió a mis padres, que huían de genocidio y persecuciones políticas, fue un privilegio. Tenían la intención de saltar hacia Estados Unidos, pero decidieron no hacerlo, y fue lo mejor que me pudo pasar”.
Durante su discurso confió, a los ahí reunidos, los designios del corazón. Y lo hizo entre lágrimas: “Estando en la Universidad, en la Facultad de Ciencias, experimenté uno de los más grandes riesgos profesionales: casarse con una compañera, y se volvió la compañera de toda mi vida, que me ha ayudado y con la que he formado una familia”.
Sarukhán, emocionado, aludió a esa vida en la casa de estudios, a las puertas que le abrió y a la posibilidad de tener alumnos inteligentes y dedicados. “Esta ha sido una vida de privilegios, agradezco estar rodeado de amigos”.
Nuevo Noé, le llamaron a Sarukhán durante la ceremonia por su labor para salvar la biodiversidad del planeta.
El secretario de Salud, José Narro, fiel escudero de los Premios, galardonó esta vez al Fondo de Cultura Económica, “que en mi afición por la cultura y los libros, ha estado presente desde que, 45 años atrás, adquirí, con esfuerzos, la colección de Breviarios que conservo con cariño”, refirió.
Subió a recibir el premio José Carreño Carlón, director del FCE, quien afirmó:
“El Fondo ha tenido la capacidad de aportar conocimiento e informar el debate público sobre los problemas de cada época. En estos tiempos, tenemos grandes problemas en los que hemos puesto énfasis especial: desigualdad, violencia y destrucción del planeta”.
Los cuatro premiados coincidieron en describir a Crónica como “un periódico siempre cercano a la academia, mucho más que cualquier otro diario del país, de manera consistente e intensa”.
“Nueve años se fueron, sin miedos, con diluvios superados. Se marcharon los amigos, arropados por sus familias, otro de los valores enarbolados año con años. Y cada cual con sus motores y sueños”, precisa la magnífica crónica de Daniel Blancas Madrigal.
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En la fotografía de portada: Jorge Kahwagi, José Sarukhán, Manuel Peimbert, María Katzarava
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