Prohibida la entrada a mujeres, uniformados, ambulantes y perros Miguel Ángel Sánchez de Armas Parece que fue ayer, pero, ¡ay wey!, han pasado 38 años. Yo era un joven treintañero, delgado y con pelo, sin deterioro en el secsapil. Y para más señas reportero de un diario cuyo nombre no quiero recordar. Estábamos a finales de junio de 1981. Era sábado y … Continúa leyendo

