Corolario.
Raúl Contreras Bustamante
La Oficina del Alto Comisionado de la Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) es un organismo humanitario creado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1950, con el fin de coordinar la acción internacional para la protección de los refugiados.
El término “refugiados” es una figura de derecho internacional que se refiere a todas las personas que tuvieron que huir de su país de origen a causa de la guerra, violencia o persecución y que buscan protección en otro país.
El organismo internacional identificó que a finales de 2022 existían 108.4 millones de personas desplazadas por la fuerza a causa de persecuciones, conflictos y violaciones a los derechos humanos; de esa cifra 35.3 millones tienen la calidad de refugiados.
También reconoció que 76% de las personas refugiadas y de otras personas que necesitan protección internacional fueron acogidas en países de renta baja y media. Es decir, la solidaridad de los países ricos está en entredicho.
En diciembre de 2000, las Naciones Unidas instituyeron la fecha del 20 de junio de cada año como el Día Mundial del Refugiado, con la intención de honrar a las personas en esta condición y generar empatía y colaboración, pues no siempre los nacionales reciben de la mejor manera a nuevos integrantes.
México se ostenta de tener una tradición de larga data de atención a refugiados. Nuestra Carta Magna reconoce en su artículo 11, párrafo segundo, que toda persona tiene derecho de buscar y recibir asilo; y que la condición de refugiado se realizará de conformidad con los tratados internacionales.
Ejemplos de esta tradición fueron la recepción de refugiados españoles en junio de 1939, con motivo de la guerra civil en esa nación y de chilenos que recibieron protección en suelo mexicano después del golpe militar de Pinochet en contra de Salvador Allende, el 11 de septiembre de 1973.
Como consecuencia positiva, la cultura jurídica de nuestro país se vio fortalecida por la llegada de distinguidos profesores que fueron integrados a nuestra Facultad de Derecho de la UNAM, como Aurora Arnáiz Amigo, Luis Recasens Siches, Demófilo de Buen Lozano o Jorge Witker, por citar sólo algunos ejemplos
La Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados contabiliza —a mayo de este año— más de 63 mil solicitudes y destaca que las principales nacionalidades demandantes del Continente Americano son en primer lugar, Haití, seguido de Honduras, Cuba y Venezuela.
En la actualidad, la Universidad Nacional continúa apoyando y nutriéndose de la diversidad cultural del orbe, pues entre otras actividades, a través del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo, en 2021 se firmó un convenio de colaboración con ACNUR a fin de realizar actividades de capacitación, inclusión social y acompañamiento en favor de las personas en proceso de atención humanitaria.
En 2022, Giovanni Lepri, representante en México de ese organismo internacional, aseguró que en el orbe sólo 37% de los jóvenes acceden a la educación superior, pero únicamente 6% de la juventud refugiada puede tener esa misma oportunidad.
Nuestro país gusta de presumir su tradición hospitalaria hacia los refugiados en el pasado. Pero la falta de una política pública clara en materia migratoria impide que en la actualidad se tenga seguridad respecto al tratamiento que debemos tener para dar cobijo y consuelo a quienes vienen a nuestro territorio por motivos de la desigualdad y la violencia.
Como Corolario las palabras del actual secretario general de la ONU, António Guterres: “No podemos evitar que la gente huya. Sí podemos decidir con qué grado de bondad y humanidad les tratamos”.
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