Día Mundial del Arcoíris

Juan Carlos Sánchez Magallán

El Día Mundial del Arcoíris se celebra cada 3 de abril. Este día se conmemora para realzar este importante fenómeno natural, que ocurre cuando los rayos solares atraviesan las gotas de la lluvia en un ángulo de 42 grados, dando como resultado un halo de luz multicolor.

El arcoíris tiene esos colores debido a un proceso llamado refracción. Cuando la luz blanca del sol entra en una gota de lluvia, se descompone en diferentes longitudes de onda. Cada longitud de onda corresponde a un color diferente.

Los colores del arcoíris siempre aparecen en el mismo orden debido a la cantidad de refracción que experimenta cada color. Los colores que se refractan más, como el violeta, aparecen en la parte interior, mientras que los colores que se refractan menos como el rojo, aparecen en la parte exterior, refiere el investigador José Antonio Pozas Álvarez.

El arcoíris simboliza la renovación, la esperanza y es el elemento de conexión entre el cielo y la tierra. Se asocia con la fortuna, ya que popularmente se dice que hay una olla de oro al final del arcoíris.

En términos espirituales, los arcoíris a menudo se asocian con la esperanza, la promesa y la presencia de lo divino. Un arcoíris doble puede simbolizar la unión de opuestos o polaridades complementarias, representar la armonía y la integración de aspectos opuestos dentro de uno mismo y en el mundo que nos rodea (balanceespiritual.com); además tiene diferentes significados en diversas religiones y culturas. Para el catolicismo, en la Biblia, es un símbolo de la promesa de Dios a Noé de no volver a enviar un diluvio para destruir la Tierra. Representa la fidelidad de Dios hacia su creación y su compromiso de protegerla.

En la religión musulmana (mahometana), el islam, se considera un fenómeno natural hermoso. No hay una interpretación específica del arcoíris en sus textos sagrados, lo consideran un fenómeno natural hermoso. No hay una interpretación específica del arcoíris, pero se puede ver como una manifestación de la belleza y la diversidad del mundo creado por Dios. La religión hindú asocia el arcoíris con el dios Indra y se considera un símbolo de la manifestación divina. Cada uno de sus siete colores puede representar algo específico, como la espiritualidad.

En muchas culturas indígenas de América es considerado un mensajero divino, un puente entre el cielo y la tierra por el cual los dioses pueden comunicarse con los humanos. En la mitología nórdica era visto como un puente que conectaba los nueve mundos de la cosmología escandinava (uncatolicoperplejo.com).

En tiempos de guerra, (siglo XVIII), el escritor de la Independencia de los Estados Unidos, Thomas Paine, propuso que se usara como bandera marítima para representar a los barcos neutrales. En las antiguas mitologías de la Medialuna fértil, representaba los instrumentos de guerra usados por los dioses en las batallas. El arcoíris quedaba “colgado” en el cielo como símbolo de victoria (academia-lab.com).

Los chinos lo veían como el yin y el yang. Creen que la unión de sus colores representa este símbolo del taoísmo. El movimiento LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales) adoptó este símbolo en 1978, cuando el artista Gilbert Baker creó una bandera con ocho colores para mostrar la necesidad de inclusión en medio de la diversidad (significadodesimbolos.com).

Con la pandemia de covid-19 en 2020, el arcoíris se convirtió en un símbolo de resistencia y esperanza al utilizarse en muchos países para visualizar la esperanza de vida, desde la casa. Así, encontramos la explicación del uso histórico y la fuerza de sus colores, al conectar lo terrenal con lo divino, y al transmitir fuerza, energía, felicidad, esperanza, calma, alegría a nuestras actividades cotidianas. ¿O no, estimado lector?


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