Manuel Zepeda Ramos
Propaganda.
Propaganda y especulación. Son tiempos en donde el Mundo está pendiente de estos conceptos.
Las guerras han enseñado que la propaganda juega un papel preponderante en toda conflagración. La invasión a Ucrania no es la excepción.
CNN lanzó hace unas horas sendas entrevistas. Una, de Paris Sacaria al presidente Volodímir Zelensky. Otra, de Christiane Amampour al portavoz del Kremlin, Dimitri Pescov.
Entrevistas contrastantes.
La del presidente Ucraniano con mucha información e imágenes. Algunas crudas y dolorosas. Se ven niños, mujeres y viejos, muertos ante escenas de destrucción. Edificios de todo tipo y de todos los lugares bombardeados, en llamas, destruidos. La voz de Selenski, como siempre, seguro y de un liderazgo indiscutible. Se nota y se siente. Mientras transcurre, ya se conoce que el número de refugiados en Europa y en el Mundo, rebasan los 3 millones y medio de niños y mujeres ucranianos.
Le entrevista del portavoz Pescov contrasta por su parquedad. Pocas y contundentes palabras: «Rusia solo apunta a objetivos y objetos militares en el territorio de Ucrania. No civiles». Al mismo tiempo, los noticieros del Mundo occidental ya señalan una decena de hospitales bombardeados por Rusia, destruidos junto al teatro de Mariúpol lleno de refugiados que, Dios es grande, algunos han salido ilesos gracias al sótano del teatro. Antes de la entrevista y en otro canal de noticias se vieron escenas de la aprehensión de cientos de manifestantes de todas las edades quiénes, en las calles de las ciudades Rusas incluida su capital Moscú, protestan por la invasión a Ucrania con sus ataques evidentes, sangrientos y destructivos. «como voy a estar de acuerdo con la invasión a Ucrania si allá viven mis abuelos», decía a la prensa una jovencita rusa cuya tristeza se notaba a un kilómetro de distancia.
Dos visiones del mismo Mundo, antípodamente expuestas.
La guerra de la propaganda no conoce límites ni objetivos.
Mientras, la prensa internacional da cuenta de que Alexander Nevzorov, periodista e hijo de periodistas, cineasta y productor de programas, ruso y soviético, es acusado en su tierra por supuesta difusión de noticias falsas relacionadas con el bombardeo de la maternidad de Mariúpol. Lo buscan pero no lo encuentran.
En su entrevista, Volodímir Zelenski, afirma que no entregarán nada -palabras más, palabras menos-, de sus territorios: deduzco que los de el Donbas y la península de Crimea.
Sus nuevas declaraciones, anulan lo dicho aquí mismo de que Ucrania debería aceptar la entrega de los territorios ocupados en la guerra de 2014 para que venga el alto el fuego. Volvemos al inicio de hace 4 semanas, cuando el planeta se horrorizó con el arranque de hostilidades, con la invasión masiva de Rusia, espectacular, al territorio Ucraniano llevando el temor del posible inicio de la Tercera Guerra Mundial.
La entrevista de Leonardo Curzio al embajador mexicano Enrique Berruga Filloy, diplomático de carrera que fuera embajador de México en la ONU y en otros muchos países como Costa Rica en donde tuve el honor de conocerlo, se hace enormemente vigente. El embajador le dijo al eficiente y calificado periodista que la paz habría que hacerla -palabras más, palabras menos-, con el acuerdo de los grandes protagonistas del Mundo en este conflicto: Ucrania, Rusia, Estados Unidos, China, el Reino Unido, la ONU, la OTAN, la Unión Europea. Agregaría a las grandes iglesias de la región, al Vaticano y a la Ortodoxa.
Un conflicto de este tamaño, que tiene a los habitantes de la Tierra al filo de la preocupación, requiere de un gran acuerdo como lo es el gran problema.
Hoy nos amanecimos con la noticia de que el embajador ruso en la ONU había criticado duramente la propuesta de México y Francia en el seno del consejo de seguridad para la terminación del conflicto: cese el fuego en Ucrania. Imposible no especular en torno a críticas emitidas en el seno de la ONU, inconsistentes. Al portugués secretario general Guterres, lo traen muy estresado, ante su ineficiente actuación, se dice.
Lo cierto es que el ataque envolvente de Rusia a 4 semanas de iniciado, que acabaría en dos o tres días la invasión a Ucrania, no solo no ha terminado, sino que se ha convertido en una carnicería en donde ya han muerto muchos inocentes.
¿Será acaso la gran eficiencia y habilidad en el arte de la guerra de parte de los defensores de su territorio que no se arredran ante la fuerza de una enorme potencia bélica que los agrede?
¿Acaso la eficiencia de un lanza misiles «Javelin», que los ucranianos ya han bautizado como «Santa Javelin», cuya imagen de María Magdalena, santa emblemática de la tradición ortodoxa, está ya impresa en las banderas amarillas y azules de Ucrania portando a la «Javelin» en posición de disparo?
Le eficiencia de Javelin ya habla de 10 mil bajas, en donde la principal víctima son los tanques y los helicópteros rusos que se cuentan por miles en territorio ucraniano.
Seguramente ya debe de estar en Bruselas el presidente Biden y ya haya llegado a la sede de la Unión Europea para discutir el castigo económico que habrá de imponérsele a Rusia por la invasión a Ucrania para después ir a Polonia y visitar a los refugiados.
Pero eso será tema de mi siguiente artículo sobre la invasión a Ucrania.
La utilidad de la propaganda en los conflictos armados, es infinita.
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